La técnica consiste en ser aguijoneado por una abeja melífera (la que da miel), y debe ser realizada por un profesional que conozca las particularidades del tratamiento.


El apiterapeuta Pedro Pérez, uno de los pocos expertos en la materia en España, la define como una terapia natural que no sólo consiste en que la abeja inyecte su veneno, la apitoxina, sino completar el tratamiento en base de los diferentes productos de la colmena.


"El cuerpo mejora, indudablemente, cuando le das aquello que necesita y cada producto de la colmena tiene propiedades que el cuerpo necesita. Estos productos tienen los ladrillos para construir y reparar, y, por otra parte, la apitoxina del veneno pasa a la sangre y lleva sus propiedades donde hay algo que reparar"


Entre las enfermedades que pueden ser tratadas se encuentran la artritis reumatoide, osteoartritis, artritis reumatoide juvenil, artritis traumática, espondilitis, artritis psoriática, codo de tenista y la bursitis; hipertensión arterial, arritmias, aterosclerosis y várices; también se está utilizando en enfermedades de la piel como eccemas, psoriasis, verrugas; en problemas pulmonares como la obstrucción crónica pulmonar, el enfisema o el asma y en infecciones como laringitis o mastitis, entre otras.


"Fundamentalmente se utiliza en enfermedades inflamatorias, como la artritis, la artrosis, los dolores de espalda, las hernias discales, etc., que es donde mejor funciona", y, para estos casos "no existe nada mejor que la picadura de abeja". No obstante, en aquellos casos como la esclerosis múltiple, la psoriasis, o del tipo circulatorio, aunque "no los cura ayuda y mejora el proceso".


Diversos estudios han demostrado la picadura de abeja es cien veces más potente como antiinflamatorio que la hidrocortisona. Además, se conoce su poder terapéutico como antiséptico, y, al ser una técnica que se aplica teniendo en cuenta los puntos de acupuntura, "se consigue multiplicar su efecto beneficioso".


Se utilizan también otros productos como la miel y el polen ricos en ácidos naturales, minerales, proteínas y aminoácidos, enzimas y con propiedades antihemorrágicas; el pan de abejas que además contiene más cantidad de Vitamina K; la jalea real que estimula el crecimiento y aumenta el nivel de cortisol en la sangre; la cera tiene propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias; y el propóleo que tiene una gran antibacteriana, pero además es antibiótico, antifúngico, antihemorrágico, antiherpético, antiinflamatorio y antiséptico.


No se trata de una terapia con grandes contraindicaciones, aunque en el caso de los alérgicos el tratamiento dura más ya que primero se deben probar con pequeñas dosis para "inmunizarles". Además, estos tratamientos se suelen usar sólo en adultos que no tengan problemas de fluidez de la sangre como, por ejemplo, úlceras sangrantes, y tampoco en algunos casos de diabetes.
Tampoco está recomendada cuando los pacientes están tomando ciertos medicamentos como los betabloqueantes o los opiáceos, ya que puede provocar reacciones adversas.


Respecto a los efectos, el apiterapeuta explicó que se trata de una terapia que puede producir inflamación, sudoración, y otros efectos que pueden no ser percibidos, y que, en cualquier caso, "forman parte de la crisis curativa, que es un proceso que el organismo tiene que recorrer para depurarse y poder curarse".


La duración del tratamiento dependerá del paciente, la enfermedad, la forma de vida que lleve, etc. En la mayoría de los casos suelen realizarse entre 7 y 10 sesiones, aunque cuando existen factores psicológicos el tratamiento "puede no ser tan eficaz a corto plazo".


En: http://www.adaptogeno.com

 


La Apiterapia es una rama de las medicinas alternativas que utiliza las abejas o sus productos como tratamientos naturales para diferentes dolencias


La Apiterapia es una técnica utilizada desde hace miles de años pero aún continúa siendo poco conocida debido a que no existe demasiada información sobre ella, la poca que conocemos es parcial y ha generado el concepto de que la apiterapia consiste unicamente en la picadura directa de las abejas.
Si bien es cierto que se utiliza la apitoxina (veneno de abejas) también se aprovechan las propiedades medicinales de la miel, polen, propóleo y jalea real.

Que enfermedades se tratan con Apiterapia


Los tratamientos con Apiterapia se emplean como alternativa natural en dolencias crónicas o severas para las cuales la medicina alopática aún no ha encontrado soluciones efectivas.
La Apitoxina, entre otras sustancias, contiene un componente activo denominado melitina que actúa como un poderoso antiinflamatorio a la vez que tiene efectos analgésicos similares a la morfina siendo especialmente beneficioso es casos de:


* Reuma
* Artritis
* Gota
* Esclerosis múltiple
* Tendinitis
* Esguinces
* Herpes Zoster


El veneno de abejas es también usado para corregir cicatrices queloides las cuales presentan un crecimiento anormal de los tejidos y que son de difícil tratamiento hasta para la medicina estética.
La apitoxina se inoculaba directamente en la piel mediante la picadura de las abejas, aunque todavía se emplea esa técnica, en la actualidad se ha logrado obtener el veneno y se utiliza en inyecciones, gotas y cremas de aplicación externa.


Pero además de la Apitoxina todos productos de la colmena son utilizados por la Apiterapia debido a que tienen notables propiedades medicinales, por ejemplo el propoleo es un efectivo tratamiento natural para Psoriasis, eccemas, hongos, gastritis, úlceras.
La jalea real es un conocido remedio casero para anemia, asma, regular hormonas, solucionarla impotencia masculina, tratar estados de decaimiento y reforzar el sistema inmunológico, por mencionar solo algunos de sus beneficios.


Contraindicaciones de la Apiterapia


La apitoxina puede causar reacciones alérgicas en algunas personas, antes de someterse a un tratamiento de apiterapia con veneno de abejas es necesario hacer una prueba de sensibilidad aplicando una minima cantidad en el antebrazo, si se produce inflamación y enrojecimiento no utilizar apitoxina.
La misma prueba debe realizarse antes de usar cualquier producto proveniente de las abejas, aunque los demás no suelen causar alergias siempre es necesario tomar esa medida de precaución.


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22 sep 2011

Miguel Perlado

Pseudoterapias

Recientemente, fue procesado en Francia Bernard Nicollet, apicultor que ejercía de “apiterapeuta”, siendo condenado a 6 meses de prisión por ejercicio ilegal de la Medicina, condena conmutada por una pena simbólica de 1€ de multa. El “pastor de las abejas” -designación utilizada por el mismo Tribunal que lo juzgó en Roanne-, prometía “curar los grandes males de este siglo a base de las picaduras de abeja en partes específicas del cuerpo”. De acuerdo con la acusación, Nicollet “jugaba a la ruleta rusa con sus pacientes”, especialmente teniendo en cuenta que la alergia que puede desencadenarse ante las picaduras de abeja puede llegar a resultar mortal.

Ya en el pasado año 2007, el mismo apicultor había sido juzgado por ofrecer productos relacionados con la salud en su website, motivo por el cual se le ordenó judicialmente el cierre de su espacio web.

Aunque los remedios a base de productos derivados de la miel, el polen o la jalea se llevan empleando desde al menos el 1700 a.C., las variante moderna de la así llamada “apiterapia” fue promovida por Philip Terc (1844-1915), médico austríaco, reumático y con intensos dolores articulares; un día, sentado en su jardín, fue atacado por muchas abejas y a partir de entonces sus dolores comenzaron a desaparecer, interesándose desde entonces por las propiedades de las picaduras de las abejas y publicando un primer trabajo sobre la apiterapia en 1888. Las aportaciones de Phillip Terc fueron seguidas por Bodog Beck (1871 – 1942), médico húngaro que llevó la apiterapia a los Estados Unidos. Aunque sería el apicultor Charles Mraz (1905 – 1999) quien abriría el camino a la apiterapia. Mraz fue quien estableció los estándares de pureza para el veneno seco de abejas para la Food and Drug Administration (FDA), se convirtió en el principal proveedor de veneno para compañías farmacéuticas del mundo y llegó a ser socio fundador y director ejecutivo de la American Apitherapy Society (AAS).

La apiterapia supone el uso terapéutico no sólo de productos de las abejas (miel,  polen,  jalea real o el  propóleo) sino también de las apitoxinas (es decir, el veneno de abeja). Diversos paraprofesionales aseguran que la apiterapia puede tratar una gran gama de dolencias, desde enfermedades físicas (incluyendo incluso la esclerosis múltiple) hasta trastornos psíquicos (depresiones, anorexia, etc.). Aunque la apiterapia incluye el empleo de la miel u otros derivados, por lo general suele centrarse más en el empleo de las picaduras de abejas como remedio curativo.

 

Hoy, más personas sienten la necesidad de buscar un producto natural, sano, sin efectos colaterales, y que les ayude a mejorar su calidad de vida. Este es el caso de la apiterapia, que dicho en forma simple es el uso de los productos de las abejas para prevenir, curar o recuperarse de alguna enfermedad o dolencia, en particular el uso de la apitoxina es uno de los mas extendidos para el tratamiento de enfermedades articulares y reumatoideas.

Los efectos de la apitoxina (veneno de abeja) pasan por la dilatacion de los vasos capilares, acelerando e intensificando la circulación, tambien posee cualidades anticoagulantes y efectos bacteriostáticos ademas de fuertes efectos analgesicos y antiinflamatorios.

Dentro de los efectos producidos en los organos internos, podemos enunciar que mejora el funcionamiento del hígado, aumenta la actividad cerebral y tiene efectos directos contra algunas afecciones cardiacas.

Quizas su propiedad mas reconocida es su fuerte acción inmunológica y su innegable poder en el tratamiento de las enfermedades reumáticas.

Tiene la ventaja de que durante el tratamiento de enfermedades, no se forman anticuerpos contra el veneno de abejas y por ello, el organismo humano no se inmuniza contra la apitoxina, lo que reduciria sus efectos.

La apitoxina es una de la sustancias antibiótica más activas, es 1000 veces más potente que cualquier antibiótico conocido.

La toxina de abeja esta formada básicamente por tres enzimas:

El péptido 401, uno de los anti-inflamatorios mas poderoso que se conoce.La apamina, eficaz supresora del dolor, analgesico.La melitina, que actúa sobre el sistema inmunológico corrigiendo ataques de anticuerpos hacia las articulaciones y mielina.

El procedimiento de la aplicación de la apiterapia es llevado a cabo por un especialista que puede utilizar el metodo de picadura directa (a traves de abejas “domesticadas” que inyectan el veneno en zoans especificas para aliviar el dolor o la inflamacion) o a traves de micro inyecciones del veneno, lo que permite tener un control preciso de las dosis, así como una aplicación casi indolora.


Entre las enfermedades en la que la apiterapia es efectiva, podemos nombrar:


Artritis reumatoide,  Escleroderma,  Pénfigo vulgaris, Psoriasis,  Lupus Eritematoso, Esclerosis Múltiple,  Polimiositis, Dermatomiositis, Policondritis, Vasculitis, Poliarteritis,  Síndrome de Behcet, Espondilitis Anquilosante, Diabetes Mellitus, Síndrome de Guillain-Barré, Enfermedad de Crohn, Colitis Ulcerosas, Vitíligo y mucha otras.

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Muchas personas confían en la apiterapia como una nueva alternativa medicinal debido a los buenos resultados que representa; ayudando a mejorar la calidad de vida. Además brinda en el organismo: fortaleza, salud y bienestar.


Este es el caso de la apiterapia; que mediante la abeja sana en forma directa e indirecta diversas enfermedades tales como: la esclerosis artritis, etc.


La apiterapia es una técnica terapéutica que utiliza a las abejas para posibilitar la curación de algunas enfermedades. Apiterapia es el uso terapéutico del veneno de la abeja, de la miel, el polen, la jalea real y el propóleo.


La apiterapia se basa fundamentalmente en la inoculación de la apitoxina, que es el veneno de la abeja, debiendo para esto poner una abeja sobre la piel del enfermo para que pique en ella y se lo inocule y complementariamente se use los otros productos de la colmena,  con la finalidad de conseguir resultados más eficaces de forma sinérgica.


Aun cuando existen detractores de esta terapia pues se dice que clínicamente no hay estudios que avalen la eficacia de sus efectos. También tiene seguidores que muchas veces son personas que se han tratado con esta terapia siendo las más conocidas las enfermedades auto inmunes y la esclerosis múltiple.


En la actualidad los profesionales de la salud están promoviendo el uso de la apiterapia, bien con la abeja viva o en inyección. Entre ellos se encuentran profesionales de Estados Unidos, Rumania y Argentina.


Los estudios científicos de Europa y Estados Unidos y especialmente de la China, están sacando a la luz los efectos terapéuticos de todos los productos que generan las abejas, considerándosele importante como medicina alternativa.


El problema principal radica en que las personas deben ser susceptibles a sanarse con este método, no da los mismos resultados para todas las personas.


La apiterapia no es algo nuevo y novedoso. La apicultura existe desde hace siglos, la apiterapia es tan antigua como esta, se dice que hace aproximadamente 2,000 años los chinos ya conocían y se autoinoculaban el veneno o eran ayudados por prácticos, que les administran la picadura.


Según el papiro de Tebas, escrito en 1870 antes de Cristo, los egipcios alimentaban y curaban a sus hijos con miel. En el antiguo Egipto, Grecia y China. La miel y otros productos de abejas se han utilizado por sus propiedades curativas las que se han incluido en textos religiosos como: la Biblia y el Corán.


Hipócrates recomendaba la miel para numerosas enfermedades y sobre todo de uso externo para las heridas.


Aunque realmente el término, apiterapia abarca todos los productos generados por la abeja, específicamente se habla y se dice que la apiterapia se refiere al veneno de la abeja utilizada como tratamiento para disolver los tejidos con cicatrices (queloides) y para tratar enfermedades como la artritis, bursitis, tendinitis, herpes zóster, cáncer, artrosis, esclerosis múltiple, entre otros males.


El componente activo más abundante del veneno o apitoxina; es la melitina (50% del peso seco del veneno de abejas) la cual tiene una poderosa acción antiinflamatoria.


Sin embargo, es una mezcla compleja de varios péptidos y proteínas, que tienen efectos neurotóxicos e inmunológicos como:


LA Melitina: Es la responsable del dolor y el picor del veneno de abeja, sus propiedades son bactericidas y citotóxicas. Produce los síntomas de inflamación a través de liberación de histamina.


Estimula la pituitaria para liberar ACTH, que estimula las glándulas suprarrenales para promover cortisona, elemento del cuerpo que responde para la auto curación, como antiinflamatorio es mucho mejor que la hidrocortisona de acuerdo a estudios realizados.


Péptido (Mast Cell Degranulating Peptide): Liberación de la histamina que produce los síntomas de inflamación (hinchazón, picor, enrojecimiento y calor).


Apamin: Bloquea los canales Ca+ dependent K+. Refuerza la transmisión sináptica a largo plazo. Acorta la duración del potencial de actuación de un nervio.


Hialuronidasa: Disuelve el ácido hialurónico que conecta las células, haciendo más permeable el tejido, facilita el transporte de las sustancias curativas y la eliminación de las sustancias tóxicas del área dañada.


Dopamina (neurotransmisor): Aumenta la actividad motriz, no efectivo en pacientes con Parkinson y excesiva en pacientes sicóticos tratados con medicamentos neurolépticos. La Dopamina junto con la Serotonina y otras catecolaminas están catalogadas como agentes en las depresiones.


Adolapin: Tiene un efecto analgésico.


No existe una práctica nivelada para la aplicación del veneno de abeja. Algunos sustentan que la localización de la picada es importante, ya que para ellos el aguijón actúa como un tipo de acupuntura en combinación con los efectos del veneno.


Otros indican lo contrario, el número de picadas varía, desde unas cuantas hasta cientos y pueden ser administradas por abejas vivas o por inyecciones.


Hace poco se logrado la extracción del veneno de abejas en el laboratorio haciendo más segura la aplicación dosificándolo en el sitio de aplicación y disminuyendo el riesgo de infecciones.


Este tratamiento puede causar dolor e incluso puede terminar en la muerte si la persona es alérgica al veneno de abejas, la que produce un choque anafiláctico, por este motivo en los centros de apiterapia previamente se realizan pruebas de sensibilidad.


 

26 jul 2011


Primero


¿Qué es la apiterapia?


Apiterapia es el uso terapéutico principalmente de apitoxinas (veneno de abeja) y otros productos de las abejas, como la miel, el polen, la jalea real y el propóleo con fines terapéuticos y preventivos.


 


¿En qué consiste?


Primero que todo se debe hacer un exámen médico para asegurarse de que no seamos alérgicos y podamos tolerar al veneno de la abeja o a la picadura o esas cosas.


Hacerlo es muy fácil y puede hacerlo casi cualquier persona, se debe coger una abeja, apretar sus alas hacia su cabeza, y luego clavar su agujita en el lugar donde se tenga un dolor o enfermedad. Ej:


Si tienes varices, clavas la agujita en el lugar de la várice.


Si tienes dolor de ovarios, la aprietas en el lado izquiero del vientre.


Cuando la tengas clavada a la agujita debes contar hasta el 10, pausadamente. Luego la sacas y listo!


 


¿Por qué esto es crueldad animal?


Al retirar la agujita de tu piel, la abeja muere y una vez más se cumple el ciclo de beneficiación para el ser humano y muerte y dolor a los animales. Hoy en día millones de personas realizan la apiterapia, lo que nos hace inferir que millones de abejas mueren para el benificio humano. Lo peor de todo es que la apiterapia se usa para curar enfermedades que muy tranquilamente se curan con tratamientos que, aun que sean más duraderos y requieran más paciencia, ayudan a no matar animales y también ayudan a ayudar que las abejas se extingan.


 

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La apiterapia o uso terapéutico de los derivados de las abejas como la miel, el polen, la jalea real, el propóleo e incluso las apitoxinas o veneno de abejas con la intención de unificar experiencias y conocimientos sobre el milenario producto son entre otros los objetivos de este diplomado dirigido a Médicos Generales, Ortopedistas, Fisioterapeutas y Especialistas de la salud y belleza.

El curso es ofertado por tres instituciones de amplio reconocimiento en el país dedicadas precisamente al estudio de las abejas, su cultivo y la producción de varios de sus derivados.


El diplomado tendrá dos modalidades, virtual y presencial por esta razón brinda flexibilidad a todos los especialistas  inscritos.


Los temas a tratar serán conceptos básicos en apiterapia, la apiterapia dentro del ejercicio de la medicina alternativa, conceptos básicos, indicaciones, formas de uso de las apitoxinas además de uso de la miel de abejas, el propóleo y el polen de las abejas.


El diplomado apoyado por la UDES, contará con la participación y el acompañamiento de la Sociedad Colombiana de Apiterapia, Organización Académica y Científica sin ánimo de lucro y Bee Venom Company empresa dedicada a la investigación y diseño de servicios y productos en apiterapia.


Mayor información y datos: Programa de Bacteriología o en las páginas web


www.udes.edu.co


www.apiterapiacolombia.com


www.beevenomco.com

Profesionales de la salud están empezando a usar la apiterapia, bien con la abeja viva o en inyección, para el tratamiento de enfermedades reumatológicas, cardiovasculares o pulmonares, entre otras.

La técnica consiste en ser aguijoneado por una abeja melífera (la que da miel), y debe ser realizada por un profesional que conozca las particularidades del tratamiento.

El apiterapeuta Pedro Pérez, uno de los pocos expertos en la materia en España, la define como una terapia natural que no sólo consiste en que la abeja inyecte su veneno, la apitoxina, sino completar el tratamiento en base de los diferentes productos de la colmena.

"El cuerpo mejora, indudablemente, cuando le das aquello que necesita y cada producto de la colmena tiene propiedades que el cuerpo necesita. Estos productos tienen los ladrillos para construir y reparar, y, por otra parte, la apitoxina del veneno pasa a la sangre y lleva sus propiedades donde hay algo que reparar"

Entre las enfermedades que pueden ser tratadas se encuentran la artritis reumatoide, osteoartritis, artritis reumatoide juvenil, artritis traumática, espondilitis, artritis psoriática, codo de tenista y la bursitis; hipertensión arterial, arritmias, aterosclerosis y várices; también se está utilizando en enfermedades de la piel como eccemas, psoriasis, verrugas; en problemas pulmonares como la obstrucción crónica pulmonar, el enfisema o el asma y en infecciones como laringitis o mastitis, entre otras.

"Fundamentalmente se utiliza en enfermedades inflamatorias, como la artritis, la artrosis, los dolores de espalda, las hernias discales, etc., que es donde mejor funciona", y, para estos casos "no existe nada mejor que la picadura de abeja". No obstante, en aquellos casos como la esclerosis múltiple, la psoriasis, o del tipo circulatorio, aunque "no los cura ayuda y mejora el proceso".

Diversos estudios han demostrado la picadura de abeja es cien veces más potente como antiinflamatorio que la hidrocortisona. Además, se conoce su poder terapéutico como antiséptico, y, al ser una técnica que se aplica teniendo en cuenta los puntos de acupuntura, "se consigue multiplicar su efecto beneficioso".

Se utilizan también otros productos como la miel y el polen ricos en ácidos naturales, minerales, proteínas y aminoácidos, enzimas y con propiedades antihemorrágicas; el pan de abejas que además contiene más cantidad de Vitamina K; la jalea real que estimula el crecimiento y aumenta el nivel de cortisol en la sangre; la cera tiene propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias; y el propóleo que tiene una gran antibacteriana, pero además es antibiótico, antifúngico, antihemorrágico, antiherpético, antiinflamatorio y antiséptico.

No se trata de una terapia con grandes contraindicaciones, aunque en el caso de los alérgicos el tratamiento dura más ya que primero se deben probar con pequeñas dosis para "inmunizarles". Además, estos tratamientos se suelen usar sólo en adultos que no tengan problemas de fluidez de la sangre como, por ejemplo, úlceras sangrantes, y tampoco en algunos casos de diabetes.
Tampoco está recomendada cuando los pacientes están tomando ciertos medicamentos como los betabloqueantes o los opiáceos, ya que puede provocar reacciones adversas.

Respecto a los efectos, el apiterapeuta explicó que se trata de una terapia que puede producir inflamación, sudoración, y otros efectos que pueden no ser percibidos, y que, en cualquier caso, "forman parte de la crisis curativa, que es un proceso que el organismo tiene que recorrer para depurarse y poder curarse".

La duración del tratamiento dependerá del paciente, la enfermedad, la forma de vida que lleve, etc. En la mayoría de los casos suelen realizarse entre 7 y 10 sesiones, aunque cuando existen factores psicológicos el tratamiento "puede no ser tan eficaz a corto plazo".


Diversos estudios han demostrado la picadura de abeja es cien veces más potente como antiinflamatorio que la hidrocortisona .
Además, se conoce su poder terapéutico como antiséptico, y, al ser una técnica que se aplica teniendo en cuenta los puntos de acupuntura, “se consigue multiplicar su efecto beneficioso”.
Muchos profesionales de la salud están empezando a usar la apiterapia, bien con la abeja viva o en inyección, para el tratamiento de enfermedades reumatológicas, cardiovasculares o pulmonares, entre otras.
Por otra parte, se utilizan otros productos como la miel y el polen ricos en ácidos naturales, minerales, proteínas y aminoácidos, enzimas y con propiedades antihemorrágicas; el pan de abejas que además contiene más cantidad de Vitamina K; la jalea real que estimula el crecimiento y aumenta el nivel de cortisol en la sangre; la cera tiene propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias; y el propóleo que tiene una gran antibacteriana, pero además es antibiótico, antifúngico, antihemorrágico, antiherpético, antiinflamatorio y antiséptico.
No obstante, la técnica que consiste en ser aguijoneado por una abeja melifera, que es la que da miel, debe ser realizada por un profesional que conozca las particularidades del tratamiento.
Según explica el apiterapeuta Pedro Pérez, uno de los pocos expertos en la materia en España, se trata de una terapia natural que no sólo consiste en que la abeja inyecte su veneno, la pitoxina, sino completar el tratamiento en base de los diferentes productos de la colmena.
“El cuerpo mejora, indudablemente, cuando le das aquello que necesita y cada producto de la colmena tiene unas propiedades que el cuerpo necesita.
Estos productos tienen los ladrillos para construir y reparar, y, por otra parte, la pitoxina del veneno pasa a la sangre que circula por el cuerpo y lleva sus propiedades allí donde hay algo que reparar”, explica.
Entre las enfermedades que pueden ser tratadas se encuentran, dentro de la reumáticas, la artritis reumatoide, osteoartritis, artritis reumatoide juvenil, artritis traumática, espondilitis, artritis psoriática, codo de tenista o la bursitis .
Dentro de las cardiovasculares, hipertensión, arritmias, aterosclerosis y varices; asimismo, se está usando en problemas de la piel como eccemas, psoriasis, verrugas; en problemas pulmonares como la obstrucción crónica pulmonar, el enfisema o el asma y en infecciones como laringitis o mastitis, entre otras.
“Fundamentalmente se utiliza en dolores que presentan inflamación, como la artritis, la artrosis, los dolores de espalda, las hernias discales, etc., que es donde funciona perfectamente”, y, a su juicio, para estos casos “no existe nada mejor que la picadura de abeja”.
No obstante, en aquellos casos como la esclerosis múltiple, la psoriasis, o del tipo circulatorio, aunque “no los cura ayuda y mejora el proceso”.
Diversos estudios han demostrado la picadura de abeja es cien veces más potente como antiinflamatorio que la hidrocortisona, “por eso se entiende que es tan beneficiosa en procesos dolorosos”.
Además, se conoce su poder terapéutico como antiséptico, y, al ser una técnica que se aplica teniendo en cuenta los puntos de acupuntura, “se consigue multiplicar su efecto beneficioso”.
Las abejas “saben” dónde tienen que picar, ya que “cuando pasan por puntos que están alterados reciben una descarga”, saben que hay un desequilibrio energético, una “agresión” que las abejas perciben y, al defenderse de esta “agresión”, producen un reequilibrio similar al de la acupuntura, con el beneficio añadido del veneno de abeja.
Por otra parte, se utilizan otros productos como la miel y el polen ricos en ácidos naturales, minerales, proteínas y aminoácidos, enzimas y con propiedades antihemorrágicas; el pan de abejas que además contiene más cantidad de Vitamina K; la jalea real que estimula el crecimiento y aumenta el nivel de cortisol en la sangre; la cera tiene propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias; y el propóleo que tiene una gran antibacteriana, pero además es antibiótico, antifúngico, antihemorrágico, antiherpético, antiinflamatorio y antiséptico.
Contraindicaciones
No se trata de una terapia con grandes contraindicaciones, aunque en el caso de los alérgicos el tratamiento dura más ya que primero se deben probar con pequeñas dosis para “inmunizarles”.
Además, estos tratamientos se suelen usar sólo en adultos que no tengan problemas de fluidez de la sangre, como por ejemplo tuberculosis o ulceras sangrante, y tampoco en algunos casos de diabetes.
Asimismo, tampoco está recomendado cuando los pacientes están tomando ciertos medicamentos como los betabloqueantes o los opiáceos, ya que puede provocar reacciones adversas.
Respecto a los efectos, el apiterapeuta explicó que se trata de una terapia que puede producir inflamación, sudoración, y otros efectos que pueden no ser percibidos, y que, en cualquier caso, “forman parte de la crisis curativa, que es un proceso que el organismo tiene que recorrer para depurarse y poder curarse”.
En cuanto a la duración del tratamiento, señala que todo dependerá del paciente, la enfermedad, la forma de vida que lleve, etc. No obstante, explicó que la mayoría de los casos suelen realizarse entre 7 y 10 sesiones, aunque cuando existen factores psicológicos el tratamiento “puede no ser tan eficaz a corto plazo”.

Bogotá D.C., 19 de Febrero de 2008 –Agencia de Noticias UN– La apitoxina, el veneno que inocula la abeja a través de su aguijón, se constituye hoy en el fundamento de un tratamiento médico llamado apiterapia. David García, estudiante de medicina de la Universidad Nacional de Colombia, es uno de los pioneros de este método en el país.

Stella Domínguez es una de las pacientes del apiterapeuta García, quien luego de probar tratamientos por más de 20 años, tiempo desde el que padece esclerosis múltiple, le apostó a la apiterapia y, ahora, después de 6 meses, afirma que la mejoría se hace notable.

"Me sometí a tratamientos homeopáticos, naturistas, al interferon Beta, pero no veía resultados. Estaba desilusionada. Ya había gastado mucho dinero, sin mejoría" afirmó Domínguez.

La apiterapia es utilizada dentro de la medicina para tratar diversas clases de enfermedades, como la artritis, y para atenuar dolores como los del cáncer. Según el médico Stefan Stângaciu, Presidente de la Asociación Alemana de Apiterapia, este método de curación puede ayudar en más de 500 enfermedades, y en cada especialidad medicada, como cardiología y oftalmología.

En la apiterapia no sólo se trabaja con la apitoxina, sino también con otros productos derivados de la colmena, como el polen, la miel y el propóleo.

Domínguez un día vio un programa de televisión estadounidense en el que trataban a una paciente con abejas. Esta se recuperó de manera significativa. Ella decidió llamar a la Universidad Nacional a preguntar si había algún profesional dedicado a este tema. Así consiguió acercarse al apiterapeuta David García.

Los resultados

Aunque en la apiterapia es muy común que el paciente sea sometido a la picadura directa de las abejas, García prefiere extraer la apitoxina y utilizarla en diferentes presentaciones farmacológicas: ampolletas, gotas y crema. Estos productos son fabricados en la Universidad Nacional, por investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UN.

En el caso de Domínguez el tratamiento se ha adelantado con ampolletas y gotas sublinguales, durante 6 meses.

"Al mes de empezar el tratamiento empecé a sentir una leve mejoría. Podía mover mejor los dedos de las manos, por ejemplo". Hoy, señaló, ya no siente dolor en la rodilla ni le cuesta mover sus manos.

Cuidados y contraindicaciones

Antes de iniciar cualquier tratamiento médico, García hace una prueba de sensibilidad en el paciente con una dosis mínima, para comprobar si es alérgico a la apitoxina. "A veces se produce brote y, por ende, se procede a establecer el grado de sensibilidad del paciente", explicó el apiterapeuta.

Así mismo, el estudiante de medicina señaló que ha tenido algunos casos en que los pacientes no reaccionan bien al someterse a la apiterapia, pues aumentan los efectos de la enfermedad.

Hasta el momento, este apiterapeuta ha atendido cerca de 40 pacientes, de los cuales aproximadamente el 90% ha reaccionado bien. Casi todos los casos han sido de la misma patología: artritis reumatoide.

No obstante, también pueden tratarse otras enfermedades como esclerosis múltiple, fibromialgia, psoriasis, esclerodermia, dolor crónico e inflamación.

Medicina y apiterapia

García practica la apiterapia siempre basado en el método científico, apoyándose en referencias de médicos clínicos y en documentación de este tipo. Para ello, acude con frecuencia a sus profesores universitarios.

"Yo hago una consulta médica común. Con los mismos procedimientos. Todo lo adelanto con base en el método científico y me apoyo en el conocimiento de expertos clínicos", dijo.

Por ello, Domínguez, con devoción de beneficiario, sigue fielmente las indicaciones de García, y no duda en recomendar la apiterapia como una alternativa para muchas personas enfermas, pues gracias a ésta técnica, hoy puede levantarse y dar algunos pasos, apoyada en su bastón.

La apiterapia, o la terapia que utiliza los productos procedentes de las colmenas (miel, polen, jalea real y propóleo), es una antigua tradición que data de hace más de 10.000 años, avalada en la actualidad por numerosos estudios científicos

De entre los productos apícolas, el propóleo es quizás la sustancia menos conocida, pero no por ello la menos interesante. Una de las posibles razones podría ser que mientras la miel, el polen y la jalea real son verdaderos alimentos (suplementos alimenticios), el propóleo, sin embargo, es una sustancia con una verdadera capacidad terapéutica.

El propóleo, o própolis, designa algunas sustancias gomosas y resinosas que, segregadas por la corteza y yemas de algunas plantas, son procesadas con secreciones glandulares de las abejas, hasta conseguir el producto final, conocido como propóleo. Va a ser utilizado para diferentes necesidades de la colmena, tales como pegar fuertemente las partes móviles o rompibles que puedan caer, o evitar posibles infecciones en la colmena, constituyendo de esta manera una especie de barrera en la entrada de la colmena.

Se tiene conocimiento de esta sustancia desde tiempos remotos. Ya en el antiguo Egipto, donde los sacerdotes lo utilizaban en forma de crema para embalsamar, así como parte integrante de ungüentos y bálsamos curativos. Casi todas las civilizaciones han utilizado esta sustancia. Sin embargo, etimológicamente es una palabra derivada del griego (Pro- "delante de" y -polis "ciudad"), indicando de esta manera que el propóleo se encuentra en la entrada y en el interior de la colmena (polis de las abejas), disminuyendo la entrada del viento y el frío (su presencia es indicativa de que se acerca un invierno frío).

Las abejas, con este material, construyen y mantienen sus colmenas e impiden la entrada a elementos ajenos a la "ciudad de las abejas". Ésta es quizás la propiedad más importante, ya que la temperatura en el interior de la colmena es de 34-35º C, lo que la convierte en un "caldo de cultivo" ideal para la reproducción de diversos microorganismos.

Del mismo modo, la presencia de miel atrae a insectos e incluso animales de considerable tamaño, que intentan acceder al interior, pero que en cualquier caso son inmediatamente neutralizados y embalsamados con propóleo, para impedir una posible infección provocada por la descomposición cadavérica. De este modo, posiblemente la colmena sea el lugar más estéril de la naturaleza.

Las propiedades organolépticas y la composición química varían en función del vegetal proveedor de las resinas, dando un color que va desde el claro al castañorojizo, dependiendo del lugar del mundo del que se obtiene. Exhalan un aroma más o menos pronunciado de miel y cera, con un sabor acre y frecuentemente amargo. Se torna viscosa a partir de los 30º C, siendo insoluble en agua y parcialmente soluble en alcohol, éter, etc.

El propóleo en su estado bruto se obtiene directamente de las arnas (vasos de colmena), gracias al raspado de los cuadros móviles, que se introducen en las colmenas y que las abejas rellenan de propóleo. Una vez extraído de la colmena, se debe limpiar de toda clase de impurezas, como restos orgánicos, ramas, fibras de madera, ceras, etc. Sin embargo, no es muy aconsejable eliminar del todo la cera, ya que algunos estudios citan que, entre sus componentes, se encuentra un factor responsable de la acción inmunomoduladora del propóleo. Cuando se ha procesado el propóleo, bajo estrictas medidas de control de calidad, se puede comercializar en distintas presentaciones.

Historia
Si el propóleo ejerce una acción antimicrobiana y es capaz de impedir cualquier infección, que puedan provocar bacterias, virus y hongos, manteniendo de esta forma la colmena perfectamente aséptica, no es de extrañar que esta misma acción la pueda ejercer sobre las personas. Ya Aristóteles se refiere a esta sustancia como "remedio para las infecciones de la piel, llagas y supuraciones". En el siglo XI, se empleó para desinfectar las heridas por punta de flecha. Incluso en la Edad Media, los maestros constructores de violines, como Stradivarius, lo mezclan junto con lacas y barnices para evitar su deterioro.

Esta sustancia alcanza su máximo apogeo durante la Guerra de los Boers contra los ingleses en África, en la que las heridas de guerra eran tratadas con mezclas que contenían propóleo, con un excelente resultado, según los médicos militares, ya que además de ejercer una acción antiséptica, también era capaz de cicatrizar y regenerar los tejidos dañados, evitando así muchas muertes.

Con el descubrimiento del primer antibiótico (penicilina), el propóleo, que durante muchos siglos había servido en prácticamente todas las culturas como un remedio indispensable para luchar contra las infecciones, queda un poco en el olvido, a favor de los modernos antibióticos de síntesis. Sin embargo, recientemente, se está evidenciando una fuerte tendencia al uso de sustancias con acción antibiótica de origen natural, como es el caso del propóleo, debido al gran problema de las farmacorresistencias que ciertas bacterias presentan a determinados antibióticos, así como por el mal uso y abuso.

A todo esto se añade el progreso en el conocimiento del propóleo, en cuanto a su composición química y descubrimiento de nuevas propiedades, avaladas por numerosos estudios científicos.

Propiedades actuales
La excelente acción antiséptica observada, añadida a las propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, conocidas desde hace tanto tiempo, y su uso en la medicina popular en el tratamiento de callosidades, heridas, quemaduras, etc., dio paso a investigaciones en las que ciertos bioflavonoides contenidos en esta sustancia (principalmente la quercitina y la galangina) eran los responsables de la actividad bacteriostática (detención del desarrollo de las bacterias) y bactericida (destructor de bacterias).

Así, el propóleo se utiliza en enfermedades infecciosas y es considerado en la actualidad como el antibiótico natural por excelencia.

Se muestra especialmente activo sobre determinados microbios habituales de la infección, como los estafilococos o los estreptococos; y frente a hongos como Candida albicans, que contaminan piel y mucosas. Pero además, el propóleo tiene una excelente acción antiinflamatoria, cicatrizante, anestésica y activadora de los mecanismos inmunológicos.

Esto, en la práctica médica, se traduce en multitud de usos y aplicaciones con resultados muy positivos en las distintas afecciones.

- Actividad inmunoestimulante y antiviral: El propóleo posee propiedades activadoras y moduladoras del sistema inmunológico, a través de diferentes mecanismos. Entre ellos, actúa regulando el funcionamiento de las células inmunitarias. Además, posee una acción antiviral, que se atribuye a algunos de sus activos, como por ejemplo los compuestos fenólicos y bioflavonoides (luteolina y quercitina). Asimismo, parece ser que su acción antioxidante también está implicada en la acción antiviral. Recientemente, un estudio ha demostrado su acción antigripal y su eficacia in Vitro contra la infección por el virus de la gripe en ratones.

- Afecciones respiratorias: Se han encontrado resultados positivos en afecciones de las vías respiratorias altas, que por lo general se tratan de procesos de origen infeccioso (sinusitis, otitis, laringitis, rinitis, faringitis y amigdalitis, etc.). Las presentaciones de propóleo en forma de trozos masticables y comprimidos, que al ensalivar permiten la liberación progresiva y continua de los ácidos orgánicos y bioflavonoides, así como el spray, resultan los más eficaces. Como además estos procesos presentan inflamación, dolor y fiebre, muchas de estas presentaciones se suelen acompañar con fitoterapia antiinflamatoria, febrífuga y antiséptica. El propóleo se utiliza también en las afecciones de las vías respiratorias bajas (esfera bronco-pulmonar), aunque éstas son más complejas, ya que suele estar comprometido el intercambio gaseoso en mayor o menor medida. Es por ello que, preferiblemente, tienen que estar controladas por un especialista. El propóleo es también muy útil para aumentar las defensas durante este tipo de infecciones.

- Afecciones bucales: Se puede utilizar en odontología, como bactericida bucal, para el tratamiento de aftas, gingivitis, piorrea, glositis (inflamación de la lengua), dolor tras extracción de piezas dentales, llagas, etc. En países como Rumanía y Rusia, utilizan el propóleo como anestésico local en las diferentes afecciones bucales. Además, posee una acción que combate la caries dental, por lo que su uso en la forma masticable la previene.

- Afecciones digestivas: El propóleo es efectivo frente al desarrollo de la bacteria Helicobacter pylori, identificada recientemente como la posible causante de las úlceras gastroduodenales. También estaría indicado en las inflamaciones del tubo digestivo, como gastritis, colitis, etc.

- Afecciones genitourinarias: El propóleo es un excelente antiséptico urinario, tanto para el hombre como en las ya clásicas infecciones urinarias recurrentes en la mujer. En general, estos procesos presentan dolor e inflamación, por lo que escoger el propóleo para su tratamiento es la elección ideal, ya que a su propiedad antiséptica se le añade también la propiedad antiinflamatoria. También ha resultado eficaz en las inflamaciones de la vagina y del cuello uterino, causadas por un parásito denominado Trichomonas vaginalis. El propóleo es muy activo frente a los hongos que contaminan las mucosas, especialmente Candida albicans, causante de candidiasis vaginal (es la única sustancia de la colmena que se opone al crecimiento de los hongos).

- Afecciones dermatológicas: En dermatología, el propóleo posee un campo de acción muy amplio. Su uso destaca en el tratamiento de forúnculos, acné, sabañones, grietas, úlceras, callosidades, eczemas, etc. Debería ser un componente indispensable como parte del botiquín familiar, ya que resulta ideal en la desinfección y cicatrización de heridas. Además, trata también la inflamación, al tiempo que se comporta como un antiséptico tópico, ideal si se combina con aceites esenciales con potente acción fungicida (la asociación con el aceite esencial de árbol del té es muy efectiva en las infecciones por hongos). Finalmente, el propóleo favorece la reepitelización de la epidermis y, en consecuencia, facilita la regeneración de quemaduras. En las afecciones dermatológicas se aconseja el uso del extracto de propóleo al 20%, o la crema de propóleo al 6%.

Esta pregunta me la formula un apicultor amigo y para responderla diré que depende de la maduración del veneno que está relacionado con la edad de las abejas y estado nutricional-alimenticio que permite un buen desarrollo del aparato productor e inyección del veneno.

El veneno de abejas es producido básicamente por una glándula acida, es depositado en un saco especial (almacenado), e inyectado en circunstancias especiales.

La glándula acida es larga y bifurcada, su interior esta tapizada por células especiales que secretan el veneno (vesícula). El tamaño y forma del órgano vesicular ( células secretoras de veneno) dependerá de la alimentación larval y post nacimiento. Esta corroborado que abejas que sufren deficiencia alimentaria sus órganos del veneno son atrofiados. Por lo tanto, para practicar buenas abejas se debe tener abejas sanas del punto de vista sanitario y alimenticio.

En las obrera, las células secretoras de veneno comienzan a funcionar inmediatamente que nacen de las celdas. En términos generales, se llena a los 15 días de vida aproximadamente.

En obreras, el contenido proteico del veneno es indetectable en la emergencia, pero se incrementa rápidamente a los 2-3 días y se mantiene hasta el decimo día, cuando comienza de crecer.

El nivel de fosfolipasa es mínimo al nacer, pero se incrementa al decimo día y luego se mantiene contante durante toda la vida de la obrera.

La melitina, no se detecta en los 2-3 dias de vida de la obrera, pero si su precursor, la promelitina o melitinaF. La transformación de promelitina a melitina se incrementa al pasar de los días, hasta llega a un máximo de 40-50% del veneno seco a los 20 días.

La histamina llega a su máximo a los 35 días de vida.

El veneno de las reinas madura en todos los elementos más rápido que las obreras ya que ella debe defenderse de otras al momento de nacer.

En resumen el veneno de las obreras madura a los 15-20 días de nacer de la celda, tiempo suficiente para que esté lleno el saco. En este periodo de vida de la obrera, el veneno está completamente maduro en cuanto a la mayoría de los componentes como melitina, fosfolipasa y otros. Por consiguiente, no se debe sacar abejas del interior de la colmena para realizar un tratamiento, ya que muy difícil precisar la edad de la obrera. Por lo tanto, para realizar un tratamiento terapéutico exitoso es recomendable tomar las abejas que realizan labores furas de la colmena como las guardianas o pecoreadoras ya que tienen más de 21 días de vida.

Muchas personas asumen que la apiterapia es buena para la salud humana, sin embargo, no es explotada por las multinacionales para beneficio de la salud humana. Esto tiene que ver con la rentabilidad que les puede generar.

El protocolo internacional que se debe seguir para presentar un producto al mercado nacional demanda unos 12 años de investigación y experimentación con un costo aproximado de 50 millones de dólares. Si el producto elaborado recupera la inversión cuando salga a la venta se produce. En caso contrario se desecha aun cuando sea altamente efectivo, cure el cáncer o el sida.

Por razones obvias, los productos de la colmena no seguirán estos pasos. Ninguna empresa invertirá ese tiempo (12 años) y dinero para que luego el consumidor lo adquiera a la vuelta de de su casa con un amigo apicultor; sin recuperar – la empresa- su inversión.

Este hecho y sólo ello hace que la apiterapia y sus productos se vean restringidos a círculos cerrados de gente que pudo elegir, y que sus ventajas no puedan llegar a más personas que sufren y/o los necesita.

No existe información general para el público, existiendo una variada gama de trabajos científicos y clínicos en diferentes idiomas a los que se cuesta acceder.

La apiterapia ha tenido su mayor desarrollo en países con régimen socialista como Rumania, Rusia y Cuba. Esto se debe a que al no poder entrar las multinacionales que proveen hoy en día de medicamento en línea para tratar diferentes dolencias. Se vieron en la obligación de desarrollar terapias alternativas para el mantenimiento/restablecimiento de la salud. La mejor fue la apiterapia con un gran desarrollo del propóleo en esos países.

Soy un aprendiz en esta materia y sólo me queda difundir las investigaciones y experiencia con pacientes en cuanto a tratamientos y beneficios que trae la apiterapia para la salud humana.

En un futuro me gustaría ver y leer cómo la apiterapia se imparte como materia obligada a las personas que se inician en la apicultura o en la medicina tradicional a estudiantes de medicina por parte de universidades e institutos de formación. Abrigo esperanza que la difusión y el conocimiento permita que esta terapia (apiterapia) llegue a más personas.

Es loable que se realice investigación y se extraiga el veneno de abejas y se estabilice y se procese en laboratorios para comercializarlo y que se utilice para tratar diferentes enfermedades, principalmente por profesionales de la salud, ya ellos serán las principales difusores de las bondades de la apiterapia como ciencia. En el reportaje deja el entrevistado muy claro sus ventajas de la apitoxina inyectable.

El control de calidad en la elaboración y proceso de la elaboración de la apitoxina procesada debe ser riguroso por parte del apicultor extrae veneno y el laboratorio que lo estabiliza, ya que en la práctica se sabe que esto no ocurre siempre y se entregan a veces producto de dudosa calidad. Por lo tanto el consumidor debe estar alertado y saber que exigir para obtener buenos resultados. Nada más frustrante que no obtener lo que uno espera. Peor es si sea pagado por ello y la salud es la que se está en juego.

Estoy a favor de la apitoxina procesada ya que como menciona en literatura, entrevista y reportajes; trae muchos beneficios. Ademas, creo que manejar un frasco y una jeringa para un profesional de la salud es muy favorable. Tambien se puede controlar dosis para tratar, lo que es muy bueno para hacer estudios clínicos.
Todos los productos de la colmena son fotosensibles (se alteran y/o degradan con la luz, termosensibles (afectados por altas temperatura) e higroscópicos (absorben humedad del ambiente) por lo tanto se adulteran fácilmente. Para que hablar del pánico de pacientes cuando ven abejas volar y zumbar.

En el caso del veneno procesado es sensible a la explosión de luz, humedad y oxigeno perdiendo parte de sus propiedades. Por lo tanto, si se sacrificaran abejas en producir veneno se debe tener excelentes manejos ya que pueden mas abejas que realizando tratamiento con microdosis de abejas vivas en zonas especificas.

La discusión si en cuanto si es mejor ser picado o ser tratado con apitoxina procesada, será eterna.
Algunos aseguran que tratar con abejas vivas contamina, es decir podría ser puente de entrada el lugar de la picada para el tétano u otras enfermedades, no existe evidencia científica respecto a esto último y en mi experiencia no visto pacientes que les provoque enfermedades..

Apoyo la tesis que no existe mejor deposito para el veneno que la abeja misma, que el mismo no pierde las fracciones volátiles que desaparecen al deshidratar el veneno y que por sobre todo es un tratamiento mucho más económico. Es una complicada respuesta, ya que no soy doctor ni investigador, ya que falta mucho por investigar. Por experiencia en el tema y literatura leída te puedo decir que el veneno de abejas se diluye muy rápidamente en el torrente sanguíneo por lo tanto el tratamiento (a modo de ver las cosas) se debe realizar localizado para el tratamiento de una enfermedad.

Yo nunca he tratado con veneno procesado de abejas y solo tengo un caso clínico por parte de un paciente que se trata dolor de espalda por problemas a la columna vertebral. Ella me comento que primero se trato con apitoxina procesada que fue aplicada en diferentes puntos con muy pobres resultado. Luego el profesional le aplico abejas vivas y obtuvo mejores beneficios. No estoy diciendo que aplicar apitoxina procesada sea mala, solo que se debe tener producto de muy buena calidad y que tal vez el veneno de abejas vivas es mejor para algunas dolencias ya que el veneno viene con otros componentes.

Para trabajar con abejas vivas se debe seguir un protocolo riguroso para obtener resultados positivos y trabajar con micro dosis para lograr inmunizar al paciente para aumentar dosis (ya que la cantidad se puede manejar) para obtener beneficios en el tratamiento de enfermedad.

En el caso de nosotros los apicultores sí creo que al ser picados diariamente en las manos evitemos enfermedades. En especial de tipo auto inmune, como la artritis. Teorizante las investigaciones arrojan que el veneno se disuelve rápidamente en el torrente sanguíneo. No obtente, ha sido materia de investigación que los apicultores sufren menos enfermedades y son mas longevos que el resto de las personas. Al ser picado en las manos una parte del veneno se transporte a la hipófisis, atreves de un mediador químico la estimule y active las glándulas suprarrenales y mejore nuestro sistema inmunológico, ya que se sabe que la apitoxina libera cortisol endógeno.

De que estoy seguro que se activa completamente nuestro sistema inmunológico cuando se pican zonas específicas del cuerpo es algo comprobado.

Estoy a favor de toda la investigación con apitoxina, creo que en la medida existan profesionales de calidad ayudaran cada día mas a que la apiterapia sea un complemento para apaliar enfermedades con otros fármacos.

Nos referimos al dolor lumbar como "lumbago" o "lumbalgia", pero el mejor término es el de "síndrome de dolor lumbar", pueden ser múltiples sus causas que lo origina. El dolor lumbar puede ser "intrínseco" a la columna lumbar, el que se origina en las estructuras que forman la columna lumbar y lumbosacra, o "extrínseco", el que se origina en estructuras fuera de ellas, como enfermedad ginecológica, renal, sacroilíaca o cuadros psicosomáticos. Para su manejo con apiterapia es indispensable un muy buen conocimiento de la anatomía y fisiología de la región. Cuando se acompaña de dolor irradiado al territorio del nervio ciático hablamos de "lumbo-ciática" o "síndrome lumbo-ciático" que tiene una connotación distinta al lumbago puro. 

El dolor lumbar se presenta habitualmente desde la segunda década de la vida hasta la senectud, con diferentes formas y diferentes causas. Esto hace que se postule una infinidad de etiologías para explicar la causa del lumbago, dando cada especialista un énfasis diferente a estas diversas causas.

Este cuadro constituye un problema social y económico para las personas , los países e instituciones de salud, ya que es una de las causas que mayor ausentismo laboral produce, afectando en especial a hombres y mujeres en plena producción laboral y económica. Entre los 18 y 45 años de edad, un 80% de la población ha presentado, al menos, una crisis de dolor lumbar, que la ha obligado a consultar al médico (2).

CLASIFICACION

Los lumbagos se pueden clasificar de variadas maneras, atendiendo a algún aspecto relevante de su clínica, la más común es según la característica del dolor:

a. Lumbago agudo: Es un dolor lumbar, de aparición brusca e intensa. En general, en relación a un esfuerzo importante, se acompaña de contractura muscular paravertebral y rigidez vertebral. Provoca incapacidad parcial o total, no hay compromiso neurológico y se recupera en la gran mayoría de los casos en menos de 15 días, con o sin tratamiento médico.

Puede repetirse varias veces con las mismas características, dejando lapsos sin dolor, conformando una variante denominada "lumbago agudo recidivante".

Otra forma del lumbago agudo es el hiperagudo, que se inicia bruscamente, con gran intensidad del dolor, provoca incapacidad absoluta y obliga muchas veces a hospitalizar a los enfermos en forma urgente y tratarlos con medidas muy agresivas: opiáceos, infiltraciones, anestesia peridural, analgésicos endovenosos continuos, etc.

b. Lumbago crónico: Se caracteriza por dolor en la región lumbar, que puede o no irradiarse al dorso y a los glúteos. Es de comienzo insidioso, muchas veces sin causa conocida. Se asocia a vicios posturales, exceso de peso, alteraciones de la columna, alteraciones psíquicas, laborales, familiares, patologías asociadas, infecciosas, del mesénquima, metabólico, tumoral, etc.

En muchos de estos casos es necesario un enfoque terapéutico multidisciplinario que comprende médicos traumatólogos, reumatólogos, neurólogos, psiquiatras, asistente social, terapeuta ocupacional, psicólogo, kinesiólogo, fisiatra, etc.(2)

Como se menciono anteriormente, el lumbago es una enfermedad muy común en las personas adultas y es originada por diferentes causas, personalmente me he visto presa de esta enfermedad antes de ser apicultor y apiterapeuta. Mi experiencia fue dolorosa, dado que se produce una contractura muscular importante, lo que causa invalidez temporal, ya que, se debe hacer reposo en cama, como mínimo por 3 días, si el caso es severo. Es esta severidad del dolor la que determina los días de reposo que uno debe tener para sobrellevar la enfermedad (medida terapéutica).

Además del reposo el doctor me recetó analgésicos y anti-inflamatorios vía oral y pomada local aplicada con suaves masajes en la zona afectada. Después de cumplir el reposo y tomar los medicamentos, volví a retomar mis actividades normales, pero después de un par de meses volví a presentar lumbago por sobrecarga laboral. Sanar me tomó más de 10 días la segunda vez.

Cuando comencé en la apicultura, durante mi primera cosecha de miel me tocó cargar alzas con marcos llenos de miel, que pesaban más de 30 kilos cada unas. Obviamente fui presa del lumbago agudo. Caí de rodillas al suelo por un dolor agudo en la espalda y cada vez que trataba de mover el dolor era espantoso. Nunca he sufrido algo parecido, como pude me saqué el overol de trabajo, me tardé una eternidad, y me clavé cinco abejas vivas en la zona afectada. Al cabo de unos minutos pude pararme, ya que, el dolor pasó y la movilidad regresó.

Al otro día me volví a clavar cinco abejas más y al cabo de tres días ya estaba sano, esta experiencia me ha llevado y motivado a estudiar más sobre los beneficio de tratamiento de abejas vivas para curar dolencia que provoca el lumbago.

Como apiterapeuta he tratado a muchas personas por lumbago y dependiendo de cada cuerpo, unos sanan más rápido que otros. He observado, al igual que en mi experiencia personal, que al ser tratado con el veneno (apitoxina) de abejas vivas el paciente sale del estado de invalidez más rápido que ser curado con medicina tradicional. Por ejemplo, en el caso de algunos pacientes con lumbagos crónicos y agudos que se encuentran inmovilizados a causa del dolor, después de ser picado ya pueden mover su cuerpo sin temor a sentir el dolor agudo que se sobreviene cada vez que se camina o mueve el cuerpo para realizar una actividad física. Además una persona trata con la apiterapia no presenta episodios de lumbago tan frecuentes como una que es tratada con medicina tradicional.

Para concluir, la literatura habla de que Carlo Magno e Iván el Terrible sufrían de enfermedad a las articulaciones y fueron curados con veneno de abejas. El veneno de abejas y su empleo por medio de picaduras es conocido antes de nuestra era por Hipócrates y Celse, y más tarde (siglo I de nuestra era) por Galeno. Fue el médico francés Demarti el primero que lo empleó en Europa en 1858.

En 1864 le siguió M. Lokumski de Petrogrado, cuyo compatriota I.B. Lubarski escribía en 1879 el trabajo "El veneno de abejas - un remedio". Por su parte el médico y apicultor Dr. Filip Terc, de origen checo, se dedicó en Maribor (Yugoslavia) al tratamiento de los enfermos de reumatismo por medio de picaduras de abejas. Publicó sus resultados en 1888 en una revista de Viena, Austria, y después de esta comunicación toda Europa Central comenzó a interesarse por la apiterapia.

El médico ruso Orlov trató en 1969, en el congreso de Bucarest sobre el veneno de las abejas y su incidencia sobre el sistema nervioso central. Según rezan algunas leyendas muchos casos de peste y cólera fueron curados con picaduras de abeja. Lo que es cierto, es que en la actualidad se ha comprobado su eficacia en casos de bronquitis, bocio exoftálmico y oftalmía.

Actualmente, la apiterapia en una ciencia, por lo que su aplicación sin los conocimientos adecuados puede poner en riesgo la salud o incluso poner en riesgo la vida del paciente, dado que cierto porcentaje de la población es altamente alérgica a la apitoxina, pudiendo producirse un shock anafiláctico mortal. Esta terapia con abejas vivas debe practicarse sólo por personal calificado.

La picadura de abejas dejó de ser simplemente una incómoda punzada con efectos inflamatorios. Hoy, la apitoxina, veneno de la abeja, que inocula a través de su aguijón, se constituye en el fundamento de un tratamiento médico llamado apiterapia.

Stella Domínguez es una de las pacientes que atestigua los notables resultados de esta terapia en su salud. Padece de esclerosis múltiple desde hace 20 años, tiempo durante el cual ha probado todo tipo de tratamientos. Sin embargo, desde hace seis meses decidió apostarle a la apiterapia.

“Me sometí a tratamientos homeopáticos, naturistas, al interferon Beta, pero no veía resultados. Estaba desilusionada. Ya había gastado mucho dinero, sin mejoría” afirmó Domínguez.

La apiterapia es utilizada en la medicina para tratar diversas clases de enfermedades, como la artritis, y para atenuar dolores, como los del cáncer. Según el médico Stefan Stângaciu, Presidente de la Asociación Alemana de Apiterapia, este método de curación puede ayudar en más de 500 enfermedades y en diferentes especialidades, como la cardiología y la oftalmología.

En la apiterapia no sólo se trabaja con la apitoxina, sino también con otros productos derivados de la colmena, como el polen, la miel y el propóleo.

Domínguez un día vio un programa de televisión estadounidense en el que trataban a una paciente con abejas. Esta se recuperó de manera significativa y por eso ella decidió llamar a la Universidad Nacional a preguntar si había algún profesional dedicado a este tema. Así consiguió acercarse al apiterapeuta David García, estudiante de medicina de la Universidad Nacional de Colombia y uno de los pioneros de esta terapia en el país.

Los resultados

Aunque en la apiterapia es muy común que el paciente sea sometido a la picadura directa de las abejas, García prefiere extraer la apitoxina y utilizarla en diferentes presentaciones farmacológicas: ampolletas, gotas y crema. Estos productos son fabricados en la Universidad Nacional, por investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UN.

En el caso de Domínguez el tratamiento se ha adelantado con ampolletas y gotas sublinguales durante 6 meses.

“Al mes de empezar el tratamiento empecé a sentir una leve mejoría. Podía mover mejor los dedos de las manos, por ejemplo”. Hoy, señaló, ya no siente dolor en la rodilla ni le cuesta mover sus manos.
Además, según lo expresó Domínguez, el dolor disminuyó, ahora duerme más e incluso sufre menos de gripas.

Encuentro con la apiterapia

El apiterapeuta García conoció este método médico gracias a su abuelo paterno, que lo instó a averiguar más sobre el tema. Para ello, recurrió a investigaciones y artículos científicos.

“En Santander, los campesinos van a dejarse picar de las abejas para aliviar el dolor en las articulaciones. Mi abuelo tiene una finca en esta región y es testigo de ello”, contó.

García conoció al profesor de la UN Jorge Tello, quien con un grupo de trabajo extrae la apitoxina y fabrica las diferentes presentaciones. El estudiante empezó a probarla él mismo y con algunos miembros de su familia.

Después de ello, comprobó que había tenido un aumento notable de su energía mental y una mejoría de su actividad intelectual. En el caso de su abuelita, que sufre del túnel carpiano, también se hizo evidente una recuperación. A partir de allí, empezó a probar la apitoxina en pacientes.

Cuidados y contraindicaciones

Antes de iniciar cualquier tratamiento médico, García hace una prueba de sensibilidad en el paciente, con una dosis mínima, para comprobar si es alérgico a la apitoxina. “A veces se produce brote y, por ende, se procede a establecer el grado de sensibilidad del paciente”, explicó el apiterapeuta.

Así mismo, García señaló que ha tenido algunos casos en que los pacientes no reaccionan bien al someterse a la apiterapia, pues aumentan los efectos de la enfermedad.

“Un paciente con artritis reumatoide tuvo que suspender el tratamiento, porque con el paso de los días se acrecentaba más el dolor en las articulaciones. Aunque en algunas personas empieza aumentando el dolor y después disminuye de forma significativa, con este paciente no fue así”, dijo García.

Hasta el momento, este apiterapeuta ha atendido cerca de 40 pacientes, de los cuales aproximadamente el 90% ha reaccionado bien. Casi todos los casos han sido de la misma patología: artritis reumatoide.

No obstante, también pueden tratarse otras enfermedades, como esclerosis múltiple, fibromialgia, psoriasis, esclerodermia, dolor crónico e inflamación.

Lo que viene

En la actualidad, García planea la organización de un grupo de investigación en el Departamento de Terapias Alternativas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. Así mismo, tiene el proyecto de que en la Maestría en Terapias Alternativas y complementarias de la UN se incluya la apiterapia.

Gracias a la investigación de la Universidad Nacional, Colombia podría llegar a convertirse en potencia en el uso de la apitoxina. Es importante señalar que en otros países los tratamientos se llevan a cabo mediante la picadura directa de abejas. “La picadura de abejas es muy artesanal y puede resultar incómoda y peligrosa para el paciente”, afirmó García.

El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, a través de la Cadena productiva de abejas y apicultura, está colaborando con el desarrollo de la apiterapia en Colombia, pues como lo afirma el secretario técnico de la Cadena, Juan Manuel Rosso, el país tiene más de mil especies de abejas nativas y se debe aprovechar este potencial para impulsar la apiterapia.

“Tenemos mucho que investigar aún, para conocer los productos relacionados con la apicultura. De igual forma, debemos aprovechar toda la reserva apícola con la que contamos. Y la apiterapia es uno de los importantes campos de aplicación que tenemos visualizados”, comentó Rosso.

Y es que, como lo expresó García, la apiterapia es un tratamiento muy efectivo. Sobre todo, para el tratamiento del dolor y la inflamación. “Es una verdadera opción para muchas personas y una alternativa muy importante en el caso de la esclerosis múltiple”.

Prueba de ello es la mejoría de Stella Domínguez, que sigue fielmente las indicaciones de García y no duda en recomendar la apiterapia como una alternativa para muchas personas enfermas, pues gracias a ésta terapia hoy puede levantarse y, apoyada en su bastón, dar algunos pasos.

Hay una vieja e infundada creencia popular respecto al tratamiento de algunas enfermedades, y es la que dice que lo que duele cura. Mi abuelo siempre fue un obstinado con este mito, y ante cualquier pequeño raspón o tajito en la piel, ya iba directo a mojarme con alcohol en un rapto de médico casero que yo, un pobre niño con rodillas raspadas, sufrí durante mi infancia.

Pero al margen de mis experiencias personales y de los mitos populares, curiosamente este precepto del saber popular sí se cumple con una singular terapia basada en el tratamiento con picaduras de abeja, la Apiterapia.

Esta terapia, tal como pueden adivinar, se basa en el uso del aguijón de las abejas, y por más extravagante que les pueda resultar no olviden que hay un tratamiento medicinal con plena aceptación que es batante similar a la Aptierapia. Me refiero al tratamento con sanguijuelas, el cual adopta el mismo concepto que la Apiterapia: picar para sanar.

La Apitoxina es la base de la Apiterapia. Esta es la sustancia tan maldita que causa el dolor en las picaduras de abeja, que, como sabemos todos los que fuimos picados por una abeja en alguna ocasión, no es nada agradable de soportar. Pero seguir tildando a la Apitoxina como “maldita” puede ser un craso error si contemplamos los beneficios que esta sustancia puede traernos en relación con algunas enfermedades.

Úlceras, el asma, las migrañas, psoriasis, hipertensión arterial, epilepsia, esclerosis, fiebre, problemas con el sistema nervioso entre otras, son algunas de las afecciones que la Apipuntura (así se llama la técnica de inserción del aguijón en el cuerpo) puede solucionar.

No obstante se debe tener cuidado en casos de alergia, diabetes, anemias, hemorragias, estrés, problemas cardíacos, embarazo, enfermedades psíquicas y otras situaciones desafortunadas por las que esté pasando el individuo, pues sin una correcta supervisión de especialistas la aplicación de la Apiterapia puede ser un serio problema para el organismo.

Pero no hay que alarmarse, no todo es tan doloroso. La Apiterapia no sólo se realiza con aguijones, sino que también a través de inhalaciones o de forma sublingual, formas que ofician de alternativas para quienes temen (tememos) a los aguijones.

Laboratorio Apiterapia y Vigilancia Ambiental, Dpto. Ciencia de los Alimentos, Facultad de Farmacia, Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela.

Los productos de la colmena pueden ingerirse, inyectarse, aplicarse en la piel, en los ojos, mezclarse con otros productos naturales, tener beneficios nutricionales, farmacológicos y/o cosméticos. Son alimentos y son medicinas. La miel, el polen y la jalea real forman un grupo calórico enlazado por el propóleos con la cera, el veneno y los extractos de abejas. Puede afirmarse que la apiterapia ha sido más tradicional en Europa oriental y que las investigaciones realizadas a veces carecen de controles o los métodos están pobremente descritos. Sin embargo, esa ha sido un la cuna de la apiterapia contemporánea. 

En Bucarest, Rumania, se encuentran la farmacia y la clínica de apiterapia de Apimondia. Los efectos de sus productos están demostrados por su uso y prácticamente no han trascendido de presentaciones en seminarios y congresos. Los recientes simposios en apiterapia han tratado temas diversos, con rigor científico variable. En Egipto y en Cuba se han celebrado simposios que estudian desde las relaciones religiosas del hombre con los productos de la colmena, citadas en los libros sagrados, hasta sus efectos antimicrobianos y principios activos. El propóleos es el producto que más interés ha generado en los últimos años. Los japoneses importan propóleos de Brasil y la última revisión sobre la resina recolectada por las abejas, ha sido escrita por una investigadora brasileña.

 El 8º Simposio Interancional sobre Apiterapia, se celebró en Eslovenia. El uso terapeutico de los productos de la colmena se discutió desde su composición hasta sus tradiciones, normas, registros sanitarios y patentes. No sólo se limitó al consumo humano sino también veterinario. Hubo tres trabajos de mayor rigor científico: El uso de propóleos en aerosol para tratar afecciones bronquiales de Brasil, la miel de abejas y la caries de Sudafrica y en las cataratas oculares de Venezuela. En el pasado Congreso Mundial de APIMONDIA, celebrado en Vancuver el año pasado, se presentaron los siguientes nuevos productos: Complementos de alimentación, brandy de miel, Línea de Oro 10 + miel de Manuka y línea natural de cosméticos. Esto simplemente confirma el uso nutricional, cosmético y medicinal de los productos de la colmena. 

Resalta también la importancia de las propiedades de mieles monoflorales escasamente estudiadas, con la miel neozelandesa de Manuka cuyo uso para tratar úlceras estomacales ha sido demostrado científicamente.

El veneno de las abejas Apis mellifera es producido por el complejo sistema endocrino de la glándula del aguijón dentro del abdomen de las abejas y de otros insectos Hymenópteros. El grupo de investigación en conjunto con la carrera de Ingeniería Electrónica, se abocó a la tarea de diseñar y construir un equipo extractor de veneno de manera automatizada y controlado desde un ordenador. 

El equipo construido, ecológico totalmente, no causa daños irreversibles a la colonia por cuanto no mata abejas, funciona automáticamente, es decir se acciona cuando se localiza la mayor cantidad de abejas dentro de la colmena, por impulsos eléctricos son controlados y disparados a tiempos diferentes lo cual no causa traumas a la colonia, permite determinar la cantidad de pecoreadoras fuera de la colonia. El equipo de ubicación interior en la colmena permite obtener veneno libre de impurezas en un rendimiento promedio de 3g por colmena fuerte (doble cámara de cría + dos alzas) por período de extracción en 5 minutos, no obstante, se continúan con las pruebas de extracción y se analizan las formas en que se realizaran las presentaciones del producto. En el trabajo se describen otros métodos de extracción y usos de la apitoxina en la farmacología humana.

Las bases de la apiterapia se nutren de una relación ancestral entre el hombre y las abejas. Por lo tanto, hablar de una apiterapia es hablar de la ecología de una interacción. Los efectos medicinales de los productos apícolas son el resultado de una formula evolutiva exitosa que le ha dado a la sociedad de las abejas mas de 140 millones de años de permanencia en la faz de la tierra. La finalidad de cualquier terapia es sanar, y la apiterapia no es una excepción a esta regla. Sin embargo, el cómo asumir un proceso de curación, creemos que esta la clave y la virtud de una apiterapia. La antigua medicina ayurvédica define la enfermedad como un desequilibrio con profunda raiz emocional y finalmente consecuencias

físicas. Siguiendo la tradición ayurvédica cada ser es dueño de su propia curación y lo que puede hacer el sanador es inspirar en el paciente serenidad paciencia y amor para canalizar la energía que conduce a la autocuración. La acción de inspirar este amor es en nuestro concepto una actitud profundamente ecológica y de respeto a la vida y por ello hemos definido: "la ecología de una enfermedad", y consideramos que gran parte de nuestras dolencias como seres humanos tienen que ver con un desequilibrio o desubicación o perdida del rol dentro de la naturaleza. De esta manera definimos, complementariamente a los señalados por las antiguas medicinas, que la enfermedad de nuestro tiempo es una "enfermedad ecológica". El concepto ecologico de una enfermedad implica aceptar que somos parte de un entorno y que nuestra escencia está sujeta a cambios, que no estamos solos y que dependemos de otros.Hemos probado la apiterapía como una herrramienta de trabajo integral para el paciente con esclerosis múltiple. Basándonos en el principio de la enfermedad como un proceso de desequilibrio ecológico, hemos utilizado los principios de la vida de las abejas orden, perseverancia, solidaridad, interacción con las flores, preparación y almacenamiento de la miel, como herramienta para incentivar la búsqueda de un rol. La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune que se basa en la destrucción siliente de la mielina de las fibras nerviosas. La demielinización trae como consecuencia una distorsión en la transmisión delos impulsos que puede inmovilizar las extremidades superiores y/o las inferiores, y producir distintos grados de ceguera y/o incontinencia. La EM está caracterizada por amplios procesos inflamatorios que producen dolor durante la crisis y a veces desaparecen por meses o años, hasta que una nueva crisis se presenta. Las personas afectadas por esta enfermedad pueden recibir apiterapia utilizando el veneno de abejas(IVA) como agente desinflamatorio, debido a su reconocido efecto en la activación de la producción de córtico-esteroides en las glándulas suprarrenales. Como toda inmunoterapia, la IVA requiere un protocolo lento que permita beneficiarse de los efectos del veneno, mientras se alcanza la inmunidad. Nosostros proponemos un protocolo de trabajo que incluye sesiones dos veces por semana, durante tres meses. Hemos estudiado el aspecto psicológico de la EM, comprendiendo que existe no sólo autoinmunidad física (AF) sino una autoinmunidad psicológica (AP). Las personas que padecen de EM poseen miedos y culpas que estimulan un autocastigo permanente y aislamiento. Con una mente clara y usualmente brillante estas personas presencian o han visto cómo la estabilidad de su cuerpo se está o se ha derrumbado. Concientes de AP, y basados en la hipótesis de la enfermedad como un problema ecológico, decidimos desarrollar un protocolo de curación mas allá del uso del veneno de abejas. En nuestras sesiones utilizamos todas las herramientas biológicas que se desprenden de la vida de las abejas y del apicultor. Utilizamos todos los productos apícolas como parte de una dieta integral, y aplicamos reflexoterapia para activar el sistema nervioso. Finalmente se rompe con el tradicional rol "paciente" y se habla de "participante de la apiterapia" que es un alumno más de apicultura. Este participante se pone el traje de apicultor y trabaja con las abejas en nuestra caja de cristal que es un dispositivo para trabajar con colmenas de observación en espacios pequeños. El participante es invitado a a los talleres de apicultura para niños y así mismo se integra en la dinámica de comercialización de los productos de la colmena, es decir el participante se transforma en conocedor y distribuidor de los productos de la colmena de las abejas. Finalmente, el participante conoce todas las versiones de la EM en sus propios compañeros que vienen a la granja a recibir la apiterapia y se facilitan sesiones de intercambio entre los participantes. Así, podemos imprimirle a nuestras sesiones diversidad, alegría, calidad de vida y creemos que nos transformamos en canales para la búsqueda de soluciones propias y dignas de un nuevo equilibrio que interprete el poder de la autocuración que esta dentro de cada ser humano, el valor de nuestra vida en el hoy y nuestro rol dinámico - trascendente dentro de la naturaleza.

¿Cada vez que ves una abejita, sales corriendo para que no te pique? Pues la próxima vez que veas o te pique una, no te sientas tan mal, pues terapeutas de la medicina natural de todo el mundo reconocen que el veneno que iyectan las abejas cuando pican es muy útil para tratar y curar con gran éxito diversos malestares.

El uso del veneno de la abeja para curar afecciones no es tan viejo como el uso de la miel, que ya desde la antigüedad se conocía por su gran capacidad para sanar infecciones y diversas enfermedades. No obstante, ya desde 1844, Philip Terc, un médico austríaco que padecía reumatismo y sufría fuertes dolores articulares, descubrió que el piquete de la abeja era realmente muy beneficioso para tratar esta dolencia. El accidente, como en muchos de los acontecimientos científicos, fue lo que le llevó al descubrimiento, al ser atacado a sus 24 años por muchas abejas; notó que a partir de dicho suceso sus molestias y dolores reumáticos desaparecían. Motivado por el precedente, comenzó a difundir la apiterapia.

La apiterapia se define como la utilización de pequeñas dosis de apitoxina, proveniente de abejas vivas, en tratamientos de enfermedades autoinmunes.

Esta terapia utiliza el veneno de las abejas con fines medicinales y se desarrolla muy bien en el nivel clínico, en dónde actúa como antiinflamatorio, analgésico o inmunosupresor.

La apiterapia se recomienda en casos de:

• Dolores musculares
• Enfermedades autoinmunes
• Enfermedades de diagnóstico crítico como es la esclerosis múltiple.

¿Qué contiene el veneno de la abeja?

El veneno de abejas es un conjunto de sustancias biológicas muy activas y frágiles. El veneno en solución se infecta y descompone fácilmente por las bacterias mientras que la luz, el oxígeno del aire y la temperatura ambiental lo deshidratan y degradan en pocas horas. Por tal motivo, el piquete de abeja es la manera más efectiva para controlar la cantidad justa y calidad de veneno, pues de esta manera se evita que sus eficaces enzimas se descompongan por efectos ambientales.

Contiene tres enzimas que le confieren sus propiedades antiinflamatorias: la apamina, supresora del dolor, el péptido 401, antiinflamatorio y la melitina, que ayuda al sistema inmunológico a reconocer y no atacar a las articulaciones, como sucede en el caso de las artritis.

La apitoxina, por otro lado, es un líquido claro y de reacción ácida, contiene un 88 por ciento de agua y enzimas que son proteínas, péptidos, aminas, azúcares, fosfolípidos, aminoácidos y compuestos volátiles que poseen gran actividad biológica en los seres vivos.

¿Cómo se lleva a cabo la terapia?

1. Para el tratamiento se utilizan abejas de 20 a 30 días de vida, ya que están en la etapa final de su ciclo vital, pues no viven más de 65 días. Una vez que la abeja inyecta su aguijón muere en un par de horas.

2. El terapeuta se ayuda con una pinza metálica con la cual toma por el tórax a la abeja obrera que tiene entre quince y veinte días de vida. El terapeuta dirige el aguijón del insecto hacia el punto del paciente previamente seleccionado, presionando suavemente el aguijón sobre la piel.

3. Una vez que la abeja pincha, se retira rápidamente para que deje su glándula del veneno y, con la otra mano, se saca el aguijón con una pinza fina cuidando de no tocar la glándula.

4. El aguijón funciona como una especie de micro-aguja estéril y como una bomba dosificadora biológica exacta (glándula del veneno), la cual se introduce en la piel uno o dos milímetros y permanece dos o tres segundos, mientras que la glándula del veneno deja entrar una pequeña cantidad de veneno en el tejido subcutáneo. La cantidad total de veneno que contiene una glándula varía entre 0.2 y 0.3 mg.

5. El tratamiento consiste en aplicar en un lugar determinado microdosis de veneno según sea la enfermedad.

Efectos del tratamiento

El enrojecimiento, la hinchazón, la comezón en el área, la fiebre y hasta el dolor local son síntomas normales y generales que pueden durar hasta cuatro días, y no significa que la persona sea alérgica.

Para evitar molestias puede:

• Aplicar hielo en el lugar afectado.
• Aplicar compresas de manzanilla
• Tomar abundante líquido.

Ventajas del tratamiento

Esta terapia que puede ser un poco o muy molesta para algunos, en realidad vale la pena, pues es realmente extraordinaria en todo tipo de afecciones musculares y en enfermedades depresoras del sistema inmunológico. Se utiliza con gran éxito para tratar:

• Psoriasis
• Lupus
• Enfermedades articulares
• Jaquecas
• Lumbago
• Inflamación del nervio ciático
• Esclerosis múltiple
• Discopatías
• Hombro congelado
• Molestias cervicales
• Desórdenes hormonales en las mujeres.
• En general, se recomienda para todos aquellos que tengan un dolor y/o una inflamación y que no tiene idea clínicamente a qué se debe.
• Da muy buenos resultados en deportistas