Bogotá D.C., 19 de Febrero de 2008 –Agencia de Noticias UN– La apitoxina, el veneno que inocula la abeja a través de su aguijón, se constituye hoy en el fundamento de un tratamiento médico llamado apiterapia. David García, estudiante de medicina de la Universidad Nacional de Colombia, es uno de los pioneros de este método en el país.

Stella Domínguez es una de las pacientes del apiterapeuta García, quien luego de probar tratamientos por más de 20 años, tiempo desde el que padece esclerosis múltiple, le apostó a la apiterapia y, ahora, después de 6 meses, afirma que la mejoría se hace notable.

"Me sometí a tratamientos homeopáticos, naturistas, al interferon Beta, pero no veía resultados. Estaba desilusionada. Ya había gastado mucho dinero, sin mejoría" afirmó Domínguez.

La apiterapia es utilizada dentro de la medicina para tratar diversas clases de enfermedades, como la artritis, y para atenuar dolores como los del cáncer. Según el médico Stefan Stângaciu, Presidente de la Asociación Alemana de Apiterapia, este método de curación puede ayudar en más de 500 enfermedades, y en cada especialidad medicada, como cardiología y oftalmología.

En la apiterapia no sólo se trabaja con la apitoxina, sino también con otros productos derivados de la colmena, como el polen, la miel y el propóleo.

Domínguez un día vio un programa de televisión estadounidense en el que trataban a una paciente con abejas. Esta se recuperó de manera significativa. Ella decidió llamar a la Universidad Nacional a preguntar si había algún profesional dedicado a este tema. Así consiguió acercarse al apiterapeuta David García.

Los resultados

Aunque en la apiterapia es muy común que el paciente sea sometido a la picadura directa de las abejas, García prefiere extraer la apitoxina y utilizarla en diferentes presentaciones farmacológicas: ampolletas, gotas y crema. Estos productos son fabricados en la Universidad Nacional, por investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UN.

En el caso de Domínguez el tratamiento se ha adelantado con ampolletas y gotas sublinguales, durante 6 meses.

"Al mes de empezar el tratamiento empecé a sentir una leve mejoría. Podía mover mejor los dedos de las manos, por ejemplo". Hoy, señaló, ya no siente dolor en la rodilla ni le cuesta mover sus manos.

Cuidados y contraindicaciones

Antes de iniciar cualquier tratamiento médico, García hace una prueba de sensibilidad en el paciente con una dosis mínima, para comprobar si es alérgico a la apitoxina. "A veces se produce brote y, por ende, se procede a establecer el grado de sensibilidad del paciente", explicó el apiterapeuta.

Así mismo, el estudiante de medicina señaló que ha tenido algunos casos en que los pacientes no reaccionan bien al someterse a la apiterapia, pues aumentan los efectos de la enfermedad.

Hasta el momento, este apiterapeuta ha atendido cerca de 40 pacientes, de los cuales aproximadamente el 90% ha reaccionado bien. Casi todos los casos han sido de la misma patología: artritis reumatoide.

No obstante, también pueden tratarse otras enfermedades como esclerosis múltiple, fibromialgia, psoriasis, esclerodermia, dolor crónico e inflamación.

Medicina y apiterapia

García practica la apiterapia siempre basado en el método científico, apoyándose en referencias de médicos clínicos y en documentación de este tipo. Para ello, acude con frecuencia a sus profesores universitarios.

"Yo hago una consulta médica común. Con los mismos procedimientos. Todo lo adelanto con base en el método científico y me apoyo en el conocimiento de expertos clínicos", dijo.

Por ello, Domínguez, con devoción de beneficiario, sigue fielmente las indicaciones de García, y no duda en recomendar la apiterapia como una alternativa para muchas personas enfermas, pues gracias a ésta técnica, hoy puede levantarse y dar algunos pasos, apoyada en su bastón.