Es importante hablar de las bondades de los componentes de la apitoxina, ya que en ellos radica la cura de algunas enfermedades.

El principal compuesto del veneno de abejas (apitoxina ) es la Melitina que estimula las glándulas suprarrenales liberándose cortisol. El cual baja los niveles de estrés y el dolor de enfermedades como el lumbago, reumatismo, artritis, meniscos, ect.

Estudios recientes demuestran que podría matar células cancerosas provocando la apostosis de las mismas. Lo cual ayudaría a combatir el cáncer.



Afecciones reumáticas.-

El tratamiento de afecciones reumáticas con picaduras de abejas data de varios siglos antes de Cristo, en el cual se utilizaban infusiones de abejas maceradas para combatir estas enfermedades. A fines del siglo pasado en Rusia, el Médico I. Lioubarski, indicaba fundándose en la observación personas de varios años, que el veneno de abejas era un remedio eficaz contra el reumatismo. El clínico vienés P.Tertsch, que padecía de reumatismo el cual mejoró aconsecuencia de picaduras accidentales, comenzó a interesarse por los efectos curativos del veneno. Pudo observar clínicamente que los enfermos soportaban muy bien la administración del veneno y que algunos curaban totalmente mientras que otros sufrían una mejoría apreciable. La aplicación del veneno era por ese entonces en forma directa, haciendo picar a las abejas en las zonas afectadas.-

Hoy en día estudios hechos por el Dr. Jesús Llorente Martínez del centro Regional Apícola (España), reconoce los efectos beneficiosos del uso de la apitoxina para tratar: poliartritis, miopatías, cardiopatías reumáticas, afecciones del sistema nervioso periférico (inflamaciones de los nervios ciático y femoral), ulceraciones tróficas y llagas de granulación lenta, asma bronquial, jaquecas, hipertensión arterial, síndrome de meniere, psoriasis y eczemas. Siempre haciendo la salvedad de efectuar los correspondientes exámenes de sensibilidad para evitar posibles y aún graves consecuencias de alergia.-

En el año 1972 apareció en la revista “Toxicom” publicada en Oxford, Nueva York, Berlín y París, un artículo que se titulaba: “Los efectos del veneno de abejas y la melitina en el cortisol plasmático de monos no anestesiados”. Los autores de este artículo son J. Vick y R. Brooks del “Walter Reed Army Institute of Research” de Washington y W. Shipman del “Naval Undersea Research and Development Centre” de San Diego, California.

El Dr. K. Weissman, profesor de la New York University School of Medicine, en el “Annals of the rheumatic Diseases”

(37-5) detalla los efectos del veneno de abejas en la artritis experimental:

1) Sólo el veneno de abejas es capaz de suprimir regularmente la artritis experimental.

2) Todas las fracciones del veneno de abeja, y sobre todo la apamina, pueden atrasar la aparición de lesiones iniciales.

3) La melitina elimina sólo parcialmente la artritis experimental.

4) El veneno de abejas, administrado por vía subcutánea o peritoneal, ocasiona el aumento del porcentaje de corticoesterona en el plasma.

Kulka y cols. De la Escuela de Medicina de Harvard, en base al estudio estereomicroscópico de la biopsia de las membranas sinoviales de varios enfermos de osteoartritis o artritis reumatoidea, llegaron a la conclusión de que los vasos capilares representan el órgano blanco en osteortritis y en artritis reumatoide. He aquí las modificaciones vasculares comprobadas:

1) Dilatación y sinuosidad de la venitas y los capilares.

2) Extravasación local de eritrocitos.

3) Disminución del número de capilares y venulas superficiales sobre todo en el extremo distal de las vellosidades.

4) Formación de glomérulos de telangiectasias.

5) Las lesiones de la artritis reumatoide difieren de las de la osteoartritis, sobre todo por mayores trastornos de la microcirculación sanguínea, a saber: dilatación de los capilares apareciendo lagos venosos, hemorragias locales, trombosis de los capilares y de las venulas, así como zonas de obstrucción vascular a menudo acompañada por necrosis fibrinoide.

6) Las observaciones de los autores acerca de la osteoartritis y la artritis reumatoide coinciden con los resultados de las observaciones experimentales. Conforme a las que el deterioro de los tejidos inflamados está causado por el estancamiento gradual de la circulación en los plexos de capilares y vénulas, acompañados por el cese temporal del flujo sanguíneo en ciertos canalículos ateriolo-venosos. Parece que este retraso progresivo de la microcirculación entraña por lo regular una lesión, que puede ser causada por la dilatación desmesurada de las paredes del sistema circulatorio venoso, acompañada por la disminución del flujo sanguíneo. El aumento de la resistencia viscosa a la circulación de la sangre se intensifica por el escurrimiento del plasma a nivel de los vasos dilatados, todo eso lleva a la hemoconcentración y por lo tanto a la disminución del flujo sanguíneo. La influencia de la disproteinemia y la aglomeración de eritrocitos en la viscosidad de la sangre depende de la intensidad de procesos, que en el caso de la artritis reumatoidea y de otras afecciones similares son patológicos, no obstante sin resultar específicos.

Desde hace mas de cien años, en Francia, Austria, Checoslovaquia, Rusia, A Alemania y otros países europeos, algunos médicos han venido utilizando el veneno de abejas vivas, (aun se aplica así en algunas parte) en vista a tratar la artritis y otras afecciones similares.

Como resumen haremos una comparación entre la acción del veneno de abejas con la de los productos corticoides:

La administración del veneno de abejas estimula la hipótesis y las glándulas suprarenales, originando el llamado cortisolismo endógeno que no atrofia las glándulas suprarenales y tampoco inhibe el funcionamiento de las mismas.

Los corticoides provocan el cortisolismo exógeno que, al prolongarse atrofia las glándulas suprarrenales o al menos, inhibe el buen funcionamiento de las mismas.

Según HABERMANN, el veneno tiene acentuada acción hemolítica y causa la hemólisis directa de la suspención de heritrocitos, como resultado de la lesión ocasionada en la membrana superficial de los eritrocitos, esto trae aparejado que se viertan al torrente sanguíneo una cantidad importante de sustancias eritocitarias, que son las que tendrían acción en las variaciones de la coagulación de la sangre.

En esta experiencia se demuestra la variación en el tiempo de coagulación causado por la administración de veneno en base al estudio del tiempo de recalcificación. También se pudo observar que la administración de veneno lleva a una disminución de la actividad de los factores V-Vll-Vlll-lX-X, siendo de éstos los mas afectados, los factores Vll y lX., el efecto en el retardo de la coagulación está en relación directa con las concentraciones inyectadas, además se puede pensar, como vimos en el estudio anterior, que la administración de veneno puede efectuar la liberación de sustancias de las paredes de los vasos, que tienen acción anticoagulante.

Evidentemente, resulta posible hacer uso de la propiedad del veneno y de la Melitina en particular, para intensificar la actividad fibrinolitica de la sangre, con vistas a eliminar los estados protrombóticos y para el tratamiento de enfermos de arterioesclerosis y trombosis.



Melitina muestra actividad contra las células cancerosas cultivadas en el laboratorio. Los científicos de Australia han cambiado la estructura de la molécula melitina mediante la eliminación de la parte que causa reacciones alérgicas en algunos pacientes, manteniendo su capacidad de matar células, y la combinación de la molécula con un anticuerpo para apuntar las células cancerosas. Usando este enfoque, han sido capaces de mostrar alguna actividad anticancerígena en estudios con ratones. Los estudios en personas que no han sido reportados en la literatura médica disponible.

Además concluyen investigaciones coreanas que la melitina tiene efectos destructivos sobre células cancerosas.